La succión es un acto muy importante para los niños hasta los dos años de edad. El bebé succiona no solamente para saciar el hambre, también lo hace para calmar su necesidad de succionar. Por este motivo las familias no deben preocuparse demasiado cuando sus hijos se llevan las manos a la boca, así como cualquier objeto que cogen, ¡Ese es su modo de empezar a conocer el mundo!
El bebé que mama exclusivamente hasta los 6 meses de vida normalmente tiene su necesidad de succionar saciada y difícilmente va aceptar el chupete o va a succionar su propio dedo. Para aquellos niños que ya han dejado de mamar o que ya han comenzado a introducir otros alimentos, la necesidad de succión puede ser calmada mediante la leche, el agua o el zumo ofrecidos en vasos con tetina, que obligan al bebé a hacer esfuerzo para la retirada del líquido.
¿DEDO Ó CHUPETE?
Los perjuicios causados por la succión del dedo son normalmente mayores que los causados por la succión del chupete. El chupete puede ser tirado, olvidado en casa, en algún paseo ó retirado por los padres mientras el niño duerme o juega. En cambio, el dedo está siempre disponible, por lo que es más fácil que se convierta en una adicción y nos cueste mucho que el niño o niña deje el vicio de succionarlo.
Sin embargo, si el uso del chupete se vuelve abusivo puede, no solamente perjudicar la posición de los dientes, sino también de todas las estructuras musculares con las que se relacionan. Los desequilibrios causados pueden repercutir en el habla, la respiración, deglución, masticación y hasta en la estética de la sonrisa del niño.

¿Cuándo debe usar el chupete?
El uso deberá ser mínimo, siendo indicado solamente en aquellos momentos de estrés o para ayudar a la hora de dormir, y no recurrir a él frente a cualquier llanto del bebé.
Debemos averiguar cuales son las causas del malestar (hambre, frío, pañal sucio, dolor, mamitis…) antes de ofrecerle el chupete.
El chupete será usado tan solo hasta que el bebé consiga calmarse o dormir. Si el chupete permanece interpuesto entre los labios, el niño puede perder la “memoria” muscular de permanecer con la boca cerrada, aspecto que es fundamental para que nuestro hijo/a realice una correcta respiración nasal.

¿Con qué años debo retirárselo?
Con el desarrollo del niño, la succión pasa a ser sustituida por la masticación y la acción de sorber (tomar líquidos por el vaso). Estas acciones implican a otros músculos, músculos que deberán ser estimulados.
Por ello, el uso del chupete deberá ser eliminado en cuanto el niño comience a dar las primeras de muestras de desinterés por la succión. Lo antes posible, siendo el “plazo” ideal hasta los dos años, cuando el habla comienza a estar más desarrollada.
¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DEL USO INADECUADO DEL CHUPETE?
El uso incorrecto del chupete, asociado al patrón genético del niño, deja los músculos de las mejillas, lengua y labios flácidos, sin fuerza. La debilidad muscular podrá acarrear dificultades en la masticación y deglución. Además de poder verse afectado el desarrollo del habla, ya que el niño no tendrá fuerza en la musculatura para ejecutar algunos sonidos.
Otra posible consecuencia es la alteración de la arcada dentaria como por ejemplo la mordida abierta (los dientes superiores no tocan los inferiores). Otras alteraciones que puede acarrear el uso mantenido del chupete es una alteración en el patrón de la deglución (por interposición de la lengua), alteraciones en los patrones respiratorios, etc.
¡Familias informadas, son familias empoderadas! Una buena información puede evitar futuras deformidades y alteraciones en nuestros peques. No dudéis en consultar a nuestras logopedas si detectáis alguna alteración relacionada con la succión en vuestros hijos/as.