El mutismo selectivo se define como la dificultad que presentan algunos niños y niñas para comunicarse verbalmente en entornos y situaciones sociales poco familiares y/o con personas poco conocidas.
Se trata de un trastorno de ansiedad que provoca que un niño o niña que, por lo general habla mucho en casa, no hable en otros lugares, como la escuela.
Los padres se suelen dar cuenta de las señales que indican hacia un mutismo selectivo cuando el niño o niña tiene entre 3 y 4 años de edad. Se puede dar que el niño o niña comience en la escuela y se pase un año entero en infantil sin decir una palabra.
¿Cómo se manifiesta?
El niño o niña habla y socializa libremente en casa, pero no habla nada o casi nada en la escuela o con desconocidos. Los peques que lo presentan parecen “paralizados” de miedo o “cerrados” cuando no son capaces de hablar.
Algunos usan gestos, expresiones faciales y asienten con la cabeza para comunicarse; mientras otros tienen dificultad para comunicarse, incluso de manera no verbal.
¿Cuáles son las posibles causas?
En la mayoría de los casos, el inicio es progresivo sin que pueda atribuirse a una causa conocida e identificable. Desmontando la creencia de algunos expertos que creen que la condición es hereditaria y posiblemente genética.
¿Cuál es el tratamiento de elección?
El mutismo selectivo es tratado por un especialista en psicología infantil, a través de un enfoque de terapia cognitivo-conductual con técnicas como:
- Aproximaciones sucesivas
- Desvanecimiento del estímulo.
- Moldeado.
- Desensibilización en vivo.
- Control de contingencias y refuerzo positivo.
Es muy importante el diagnóstico diferencial con trastorno de comunicación o trastorno del espectro autista. Por ello ponte en contacto con un profesional si detectas en tu hijo/a alguno de estos aspectos.
¡Familias juntos hacemos un buen equipo! El servicio de Psicología de Bambáns está a vuestra disposición para hacerle frente al mutismo. Contacta con nosotros.
Autora: Catherine Cerqueira. Psicóloga.
