La tortícolis muscular congénita es una trastorno neonatal bastante frecuente. Se trata de una retracción muscular del esternocleidomastoideo, un músculo que se encuentra en la región anterior del cuello. Se manifiesta por una asimetría en la cabeza y el cuello y una tumoración en forma de oliva en el vientre muscular.
Uno de los primeros signos que hace despertar las alarmas en las familias, es la presencia de un llanto intenso al poner a mamar al bebé en uno de los pechos. La asimetría posicional junto con la limitación de la movilidad del cuello hace que esta entidad se detecte habitualmente en las primeras semanas de vida.
Se asocia casi siempre con plagiocefalia, una deformidad en el cráneo, ocasionada por la posición mantenida de la cabeza y la elevada maleabilidad de los huesos del cráneo en los primeros meses de vida.

Se produce en la mayoría de ocasiones por el posicionamiento mantenido del feto en el útero. Otra de las posibles causas es un trauma en el momento del parto, un expulsivo complejo puede ocasionar un estiramiento brusco en la región cervical y del hombro, lo que puede llegar a causar un hematoma muscular que acaba por fibrosarse y producir un acortamiento del esternocleidomastoideo.
Una detección precoz y un manejo adecuado de la alteración por parte de profesionales de la fisioterapia pediátrica consigue resolver un 90% de los casos. La fisioterapia tendrá como objetivo restablecer la movilidad articular cervical tanto activa como pasiva, conseguir una correcta alineación de la cabeza, con el tronco y las extremidades, favorecer un desarrollo motor adecuado así como educar a la familia en el manejo del niño.
La importancia del tratamiento precoz, a ser posible antes de las seis semanas de vida, radica en que si no se corrige esta lateralización e inclinación del cuello, además de poder ocasionar una deformidad irrecuperable del cráneo y una asimetría facial, el niño/a adquiera un esquema corporal alterado, lo que hace que se mantenga esa posición alterada del cuello aún sin persistir el acortamiento muscular.
El éxito del tratamiento viene dado por la participación de la familia en el mismo. Involucrar a las familias en la terapia es vital, son ellos los que deben continuar con el tratamiento y las normas de posicionamiento en casa.
Algunas de las pautas que deben de seguir los papás y familiares en casa para favorecer la resolución del problema son:
- Posicionar cabeza línea media: puede ayudar la incorporación (siempre pautada por un profesional) de cojín posicionador en la cuna y silla de paseo.
- Centrar la atención del niño/a hacia el lado de la lesión de tal manera que realice la rotación e inclinación que tiene limitadas: ofrecer juguetes, que entre por ese lado la luz de la ventana, estímulos sonoros…así como ofrecer el biberón/pecho por ese lado.
- No deben dormir en decúbito prono y se debe mantener la cuna lo más despejada posible para evitar que adopten posturas mantenidas contra alguno de los objetos (peluches, cojines…)
- Estimular el “tummy time”, colocar al bebé boca abajo favorece el trabajo y estiramiento muscular del cuello y columna.
Estas pautas siempre deben ir acompañadas de un tratamiento de fisioterapia llevado a cabo por un profesional formado en la materia. Entre algunas de las técnicas y procedimientos que se realizarán en una sesión de fisioterapia se encuentran:
- Masaje y estiramientos de la musculatura acortada del cuello.
- Estimulación del control cefálico en las diferentes posiciones.
- Activación de la musculatura lesionada.
- Reeducación del esquema corporal, para así conseguir que el niño/a integre ambos hemicuerpos y adopte una correcta postura.
El tratamiento suele tener una duración aproximada de unos 4 meses. Casi la totalidad de los casos se resuelven con fisioterapia sin necesidad de recurrir a otro tipo de técnicas invasivas y sin presentar secuelas.
¡Consulta a nuestros especialistas para establecer un diagnóstico y comenzar cuanto antes el tratamiento!
Autora: Nerea Rodríguez Davila nº colegiada 2982.